LA HABANA (Reuters) -- El escritor estadounidense Ernest Hemingway vuelve a estar sentado de nuevo junto a la barra de su bar favorito en La Habana con un daiquiri delante.
En recuerdo a las muchas horas que el escritor pasó, hasta poco antes de su muerte en 1961, acodado a la barra del bar Floridita, y también como gancho turístico, en este establecimiento se acaba de colocar una estatua en tamaño natural del Nobel de Literatura, un legendario bebedor.
"Queremos que esté aquí siempre, como a él le gustaba, en el lugar donde él se sentaba en la barra del bar", dijo la oficina de relaciones públicas del mítico Floridita, que abrió en 1817 con el nombre de "La piña de plata".
De ahora en adelante todos los días se le servirá un daiquiri a Hemingway, aseguran los camareros del establecimiento.
La estatua en bronce ha sido realizada por el escultor cubano José Villa Soberón basándose en retratos y fotos de Hemingway, quien vivió largas temporadas en Cuba durante más de dos décadas hasta el año antes de suicidarse en 1961 en su casa de Idaho.
El Floridita es uno de los lugares de peregrinaje obligados para los numerosos admiradores de Hemingway, junto con Finca Vigía, su casa a las afueras de La Habana donde escribió "El viejo y el mar" y donde hospedó a amigos como Ava Gardner o Gary Cooper.
Cuando estaba en La Habana, Hemingway iba con frecuencia al Floridita a tomar su cocktail favorito, el daiquiri (a base de ron, limón, marrasquino y azúcar) y el mojito, otra famosa bebida cubana con hierbabuena, al cercano Bodeguita del Medio.
|