Obispo No.557 esq. a Monserrate,
Habana Vieja, Ciudad de La Habana,
Cuba. Reserva:(53-7) 867 1299,
Tel.:(53-7) 867 1300,
867 1301 Ext. 128.
Telefax:
(53-7)866 8856



La Habana, Cuba,
Historia del Floridita

En el año 1817 abre las puertas por primera vez, en la esquina de Obispo y Monserrate “La Piña de Plata”, un poco después “La Florida” y más cercano a nuestros días el “Floridita”, como se le conoce en el mundo entero, aún en nuestros tiempos.

Más de 187 años de historia prestigian a este clásico por distinción, perteneciente a la empresa Empresa Extrahotelera “Palmares “ que conserva todo su esplendor y exquisitez, respetando su decoración al estilo Regency, que estrenara en los años 50.

En 1953 la Revista “Esquire” lo reconocería como uno de los 7 bares más famosos del mundo y en 1992 se le concede el Premio Best of the Best Five Star Diamond Award de la Academia Norteamericana de Ciencias Gastronómicas como el Rey del Daiquirí y Restaurante especializado en pescados y mariscos más representativo.

La rica historia del Floridita guarda entrañables anécdotas de lo que fue y es la Habana, de sus más selectos visitantes: de la cultura, la política, el arte, la vida social que han disfrutado de su excelente coctelería y la exquisitez de sus platos a base de pescados y mariscos, elaborados por maestros de la culinaria expertos en la cocina Internacional y Cubana, con una cocina de autor, que tiene un sello único y solo se podrá encontrar aquí entre estas paredes que se conservan a pesar del paso del tiempo y por el celo entrañable de sus más fieles guardianes, los trabajadores.

Por su célebre Bar han desfilado varias generaciones de cubanos y cuanto extranjero visitara la Habana, conocido o no, muchos para apreciar y constatar aquello que le encontró el célebre escritor norteamericano Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, que tantas horas pasara sentado en su barra, escuchando a los asiduos del lugar, o dándole forma a algunas de sus historias acompañado de su bebida favorita el Daiquirí, o del Papa's trago que él trasformó a su gusto y que hoy muchos vienen a degustar.

A Hemingway sólo le bastó una visita al Floridita para quedar prendado por siempre de uno de los más emblemáticos rincones de la Habana y de Cuba “La Cuna del Daiquirí” fue por los años 30, cuando escribía el borrador de “Por quién doblan las campanas.”

Pero lo que le garantizamos a todo aquel que lea esta página es que siempre que usted visite el Floridita encontrará un calor humano, que lo hará sentirse el Rey del mundo, conocerá de los placeres del paladar, tanto por sus bebidas como por sus comidas, quedará atrapado como muchos otros, que en los largos años de servicio de este majestuoso lugar, así lo han reconocido.
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La emblemática escultura de Hemingway recordará su presencia en la isla caribeña.

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